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Gastronomía inclusiva

Cuando pensamos en Gastronomía inclusiva lo primero que se nos viene a la mente es la ley 7600, la cual fue creada para generar espacios accesibles para personas con diversas discapacidades.

Sin embargo la realidad es otra, ya que los comercios se limitan a contar con baños y puertas amplios y rampas a la entrada para cumplir con esta ley. Olvidándose que existen muchos otros tipos de discapacidad.


Además esto se ve desde un solo punto de vista (tener personas con discapacidad como clientes), pero que pasa con la otra cara de la moneda, adaptabilidad para que los mismos puedan trabajar en estos sitios.

Cuando hablamos de inclusión deberíamos tener un concepto más amplio que cumplir con la ley. Tanto para con los clientes como para los colaboradores.



Muchos comerciantes siento tratan de evitar generar espacios aptos para todos, ya que creen que es una inversión muy alta y en el ámbito laboral posiblemente crean sea algo muy riesgoso. Pero la verdad es que así como es de específica la ley de construcción para restaurantes con respecto a muchas cosas, no le veo ningún problema a terminar de adaptar una cocina para que en ella pueda laborar una persona con algún tipo de discapacidad, tomándose en cuenta las consideraciones necesarias.


Desde que la idea de nuestro emprendimiento toma forma en nuestra cabeza, se debería tomar en cuenta todo lo mencionado anteriormente para cumplir el principal objetivo de nuestro negocio que es hacer felices a todos con el producto, el servicio, la experiencia y la oportunidad brindada para que queden encantados, quieran repetir y que además la marca sea identificada como inclusiva, lo cual le da mayor valor de ser en todos los aspectos.


Por donde debemos empezar para poder contar con un restaurante y una cocina realmente inclusiva:


  1. Mente abierta: necesitamos ver más allá para poder generar una experiencia gastronómica para TODOS. En donde cada cliente se pueda desenvolver vaya solo o acompañado, como por ejemplo un menú tipo braille para que una persona ciega pueda ordenar sin ayuda.

  2. Empatía: debemos ponernos en el lugar de los demás, sin generar prejuicios, estereotipos, encasillar o sentir lástima. Sino para poder dar soluciones a las dificultades que enfrentan día a día las personas con discapacidad ante ciertas circunstancias. Un ejemplo de ello sería pensar cuanto espacio necesita una persona en silla de ruedas para desplazarse cómodamente en cualquier lugar y que más requieren.

  3. Ganas de romper barreras: generar el cambio empezando por nosotros mismos para poder brindar oportunidades en nuestros negocios en donde las personas se sientan plenas tanto como clientes como en el aspecto laboral.



Siempre he sido de los que consideran que cada persona tiene las mismas oportunidades que los demás de salir adelante bajo sus propios medios sin importar nada más.

Es por eso a mi parecer que las personas de «minorías» no deberían adaptarse a nuestra sociedad si no al revés, ya que deberíamos propiciar un ambiente equitativo, para que todos podamos compartir, desarrollar nuestros talentos y podamos perseguir nuestros sueños.


Imagina lo difícil que es conseguir empleo para una persona con alguna capacidad diferente, por ejemplo una persona ciega, alguien en silla de ruedas o con discapacidad auditiva y del habla, o a quien le falte un brazo o una pierna, inclusive para personas con autismo, Síndrome de Down, enanismo, etc.

Cuyas capacidades son muy grandes pero la sociedad les vive poniendo obstáculos o les cierra las puertas.

También imagina como sería querer visitar un lugar y quedarte con las ganas por que el lugar no es apto para ti, o no podes ir solo.


Pongámonos en sus zapatos un momento, y empecemos a construir una sociedad más fraterna, equitativa y solidaria.


Esperamos empezar a saber y conocer sobre servicios gastronómicos inclusivos en toda la extensión de la palabra en Costa Rica.


Mil bendiciones de parte del Equipo Kellun.

















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