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Foto del escritorKellun - Gastronomía Estratégica

¿Como debe ser un restaurante inclusivo?

¿Cómo debe ser un restaurante inclusivo?





A pesar de los pequeños avances en nuestras sociedades y de la mayoría de los países cuentan con leyes de inclusión, la discriminación aún es latente y afecta a las personas ya sea por ser distintas a la mayoría de la población o por tener capacidades diferentes.

Y aunque ya han comenzado poco a poco su camino de transformación, los restaurantes aún tienen mucho que adecuar para cumplir con lo que se requiere en materia de inclusión de personas y ser así considerados sitios donde no se discrimina.

Se trata de que en el restaurante no existan barreras que impidan ofrecer un servicio al cien por cien en atención a cualquier persona, comprendiendo a quienes tienen necesidades especiales, físicas o sensoriales.



¿Cómo puede tu restaurante ofrecer un servicio para todo tipo de personas?

Para empezar, los gerentes y personal en general deben ser capacitados en temas de no discriminación.


Luego, los establecimientos deben contar con menús en braille y comunicación en baños, contar con rampas de ingreso para sillas de ruedas, no tener desniveles interiores que impidan el libre movimiento; cartas y menú diarios no solo escritas, sino también en braille, menú digital o pictogramas, baños amplios adaptados con agarraderas y sin desniveles, personal que maneje el lenguaje de señas, e incluso un lugar especial para animales de asistencia.


Muchas de estas condiciones pueden lograrse desde el diseño arquitectónico. Sin embargo, tener un restaurante inclusivo no debe ser sinónimo de gasto mayor, sino de una buena oportunidad comercial, ya que la inclusión se convierte en una promesa de valor para el restaurante.


Un buen ejemplo


Aún son tan pocos los restaurantes que se pueden catalogar como 100% inclusivos, que vale la pena voltear a mirar a quienes ya lo lograron. Un buen ejemplo es el considerado el restaurante más inclusivo de Chile: La Sanguchería La Inclusiva, cuyo lema es que “no hay barreras que impidan comer rico”. Desde rampas, cartas de menú en braille y meseros que hablan lengua de señas, este restaurant está impulsando un gran cambio en su comunidad y país.




Después de buscar trabajo en 17 lugares diferentes y ser rechazado por su discapacidad auditiva, Juan Muños, un joven profesional en gastronomía, no se dejó vencer y creó su propio restaurant para romper con las barreras que las personas con cualquier tipo de discapacidad encuentran al salir a comer con sus seres queridos.

Su idea principal fue que las persona con discapacidad auditiva pudiesen disfrutar de una buena comida sin necesidad de llevar acompañantes o intérpretes, y que en general, las personas pudieran llegar e irse sin ayuda. Para eso contrató personal que maneja la lengua de señas, lo que además les brindó esa oportunidad de empleo a personas con la misma condición que él.


También los baños fueron adaptados y la entrada, colocando rampas para las personas con discapacidad motora, agregando de igual manera un espacio exclusivo para las mascotas de los visitantes.

Así se convirtió en un espacio para el encuentro, sin importar si las personas tienen o no alguna condición, brindando una experiencia realmente enriquecedora en donde todos puedan relacionarse sin barreras.


Menú Inclusivo


Hasta hace unos años, la norma era elaborar el menú para un cliente general, sin problemas alimenticios y con unas preferencias que, hasta entonces, eran las más habituales. Sin embargo, actualmente encontramos una gran cantidad de diferencias alimenticias y en lugar de tener que adaptarse el cliente a nosotros, lo más conveniente para el buen funcionamiento del negocio es que ocurra al revés, elaborando menús inclusivos aptos para todo tipo de comensales.


Las alergias, intolerancias, preferencias alimenticias, etc. han obligado a los restaurantes a adaptarse a la realidad de cada cliente para elaborar cartas inclusivas aptas para todas las posibles variantes a las que la cocina se pueda enfrentar.



El porqué es muy sencillo, si queremos seguir recibiendo clientes en nuestros restaurantes, hay que pensar que la realidad de cada persona es diferente. Encontramos así­ diferentes vertientes a las que adaptarnos:


Alergias e intolerancias.


Conciencia sobre la alimentación (evitando los alimentos ultra procesados, con quí­micos y aditivos o apostando por productos km0).

Vegetarianos, veganos, sin gluten, sin lactosa, etc.

Por eso, no cabe extrañar que los restaurantes estén incorporando cada vez más alternativas y opciones inclusivas. No responden únicamente a la necesidad de aquellas personas que tienen una alergia o intolerancia, sino que también lo hacen hacia aquellas que no se quieren privar de una buena comida, sin salirse de su dieta habitual. Hay que tener en cuenta que, si no consideramos incluir opciones para todas las dietas, podrí­amos estar perdiendo una parte considerable de la clientela del restaurante.


Por otro lado, siendo un restaurante inclusivo, al margen de cumplir con el objetivo principal de dar servicio a todas las personas, el negocio se verá también indirectamente favorecido por las valoraciones positivas y recomendaciones de esas personas con intolerancias o alergias que siempre están muy agradecidas a aquellos locales que tienen en cuenta sus necesidades o preferencias.


Los clientes siempre agradecen encontrar un establecimiento en el que poder disfrutar de una buena comida con familia o amigos, que además cuenta con un menú que se adapta a ellos.









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